Que los edificios formen parte de la economía circular es un cambio fundamental para abordar el reto al que nos enfrentamos. Las edificaciones son productos de consumo, cuya prolongada vida útil hace difícil prever qué ocurrirá con ellos cuando no sean habitables. En la mayoría de los casos, los inmuebles son demolidos, lo que genera una gran cantidad de residuos contaminantes que no pueden ser reutilizados ni reciclados.
Para que se produzca el cambio de una arquitectura química, en la que los materiales se funden unos con otros, a una arquitectura física, donde sus distintos elementos pueden ser extraídos y reutilizados, es necesario contemplar todas las fases de la vida de la edificación. Lean este artículo y debatamos.